Después de ver "El luchador" (The Wrestler), por fin puedo felicitar abiertamente a este director y quien sabe, quizá sea este un primer paso también para hacerme admirador de su mas que posible talento.
He de reconocér que después de la pesadillesca "Requiem for a Dream", tenía serias dudas y escasas esperanzas de que el amigo Darren fuera el relevo generacional del cine independiente, como habian intentado vendernos algunos antes de tiempo. Ahora, al menos, una puerta se ha abierto en el horizonte... veremós a ver si después de "el luchador" hay algo más que nos confirme su éxito o si solo ha sido algo fugáz y ocasional como un romance de verano.
El luchador tiene el desgarro, la desesperación, la miseria y el desasosiego suficiente como para mostrarte la puerta de un infierno terrenal que parece estar a la vuelta de la esquina, en un ring o detrás de una barra americana cualquiera donde la princesa que se baja de ella se humaniza hasta el punto de convertirse en un alma solitaria, triste y vulnerable . Y todo ello contando con honestidad, sin transfondos "egocentristas" y sin estridencias.
Aronofsky planta cara a los "gafapastas", aparca sus mil planos por segundo y por fin nos muestra de una vez quien es y no quien quiere parecer. Sin duda quien más gana con todo esto, es el cine y el propio espectador. Esperemos que sea esto un punto de partida y que no vuelva a recaer en errores del pasado.
Lo mejor del Luchador;
-Una narrativa con ritmo y un guión que no decae en ningún momento, causando en la sangre de quien la visione el efecto de la heroína que en Requiem for a Dream resultó ser efervescente.
-Una pareja en pantalla que para mi ya es inolvidable. Con un Mickey Rourke sublime e incontestable, acompañado por una Marisa Tomei que enamora, luciendo carne a sus 44 años, en el cambio de registro más brutal que mis ojos han visto en todo el tiempo que llevan viendo cine, personaje sin duda de los que no mueren en la retina. Darren consigue engrandecer a dos mediocres hasta la fecha, convirtiendolos en un antiheroe de puro corazón y en una cenicienta de saldo y esquina, con la mirada más triste que nadie pudo dibujar.
-Una magistral y honesta dirección (te ha costado Darren, pero ha merecido la pena) alejada de los fantasmas y los egos del pasado. Aronofsky se quita la mascara por primera vez en una cinta que explora las más sensibles y crudas sensaciones, la amargura, la soledad y la aterradora frialdad de no ser nadie y no tener nada, en una historia que te apuñala y te desangra de forma cruel y sin concesiones.
-El reencuentro de Darren Aronofsky con quien decian que era y a quien nunca se llegó a parecer.
Lo peor del Luchador;
- Una Evan Rachel Wood que quizá ensombrecida por el duo protagonista desentona.
- El hecho de pensar lo mucho que le costará saltar a Darren tan alto listón.
- Que tras 105 magistrales minutos de cine en estado puro que te dejan sin alma progresivamente, salen los creditos y se acaba. Dejadote claro lo mucho que tardarás en imaginar una vida peor, lo mucho que tardarás en ver cine de tan altos kilates, el hecho de preguntarte si volverás a ver tan solo una vez más a Marisa y Mickey brillar.
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